La responsabilidad de los líderes de opinión Por Yimmi Castillo

29 Oct

(@YimmiCastillo)

La tarea de acabar con la violencia, de bajarle dos al conflicto y de apaciguar a la sociedad no es exclusiva del Estado. Todos y cada uno de nosotros tenemos una responsabilidad que asumir, y dependiendo de tu rol en la sociedad, esa responsabilidad puede llegar a ser aún mayor.
Hablemos por ejemplo de los periodistas y los artistas, dos roles que ejercen una gran influencia en la gente, y que por lo tanto sus detentores deben asumir que su palabra y su acción puede ayudar a que la gente piense, reflexione y reaccione en contra de la violencia.

El periodismo de sucesos es un arma de doble filo. Por una parte los periodistas de sucesos cumplen con la tarea de informar a la gente sobre las noticias que tienen que ver con violencia, pero por otro lado, sus páginas a veces pasan a ser las páginas sociales de los delincuentes. Una foto de un “pran” con su arsenal es un aspiracional del delincuente.

El mismo uso del lenguaje carcelario como parte de los artículos noticiosos es un reconocimiento implícito a lo “cool” que resulta hablar como delincuente. El léxico carcelario es, además, complejo. Hay que vivirlo para entenderlo, por lo que el esfuerzo periodístico para colocarlo en la opinión pública, no pasa de ser un mal intento de dar a entender algo que pierde lógica en la ciudadanía común.

Muchas veces se utiliza el eufemismo como forma de no hacerse responsable de lo escrito. Se habla de “ajustes de cuentas” y se entiende que dos malandros se mataron, y muchas veces eso significa que son muertes menos graves. Pensamos, y me incluyo en ello, que a veces es mejor “que se maten entre ellos”, sin pensar en la barbaridad que eso significa.

Hay que tratar de dejar de lado la oficialización de la cultura criminal por parte del periodismo, dejar de lado los eufemismos, aunque se deriven del lenguaje policial. Un ajuste de cuentas es un asesinato, sin bemoles. Un “pran” no es un “líder negativo”, es un preso que está pagando una pena o está siendo procesado por algún delito.

Por su parte, los artistas también juegan un papel importantísimo en la pacificación social. Igualmente tienen responsabilidad dual, al poder llevar mensajes de protesta sobre lo que pasa, pero ellos tienen la ventaja de usar la poesía que invita a la reflexión de su público.

Si hablamos de artistas de Rap, la responsabilidad es mucho mayor. Un rapero tiene la necesidad de contar las cosas que vive, muchas de ellas tienen a la violencia como eje temático principal, sin embargo, es muy distinto contar la historia desde la lección a hacerlo desde relatividad ética.

Cuando escuchas una letra de Rap, muchas veces les entiendes que la violencia es la “ley de la calle”, y que es la única forma de sobrevivir en el barrio. Eso no estaría del todo mal, si no fuese porque un rapero es un ser sumamente influyente en los jóvenes.

También ocurre que muchas veces se contradice la imagen con la letra, y escuchas canciones que hablan de lo malo que es la violencia, pero ves al cantante en el video con un pistola en la cintura.

El llamado entonces es a quienes se saben poseedores de influencia sobre la gente: asuman la responsabilidad de sus roles, entiendan que muchas veces son modelos a seguir aunque no lo quieran, y que en sus manos está el comienzo del fin de la violencia como modo de vida en nuestra ciudad.

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